12/6/08

Garras Humanas


The UnknownTod Browning, 1927, EEUU, Lon ChaneyJoan Crawford.

Inquietante, sobrecogedora, con una espectacular interpretación de ChaneyGarras Humanas es la obra maestra de Browning en la que crea una atmósfera opresora y recrea el mundo del circo y de los "freaks" rechazados por la sociedad con los que se sentía tan familiarizado (en su infancia él mismo vivió en un circo).

Alonzo es un hombre sin brazos que se gana la vida actúando en un circo: su número consiste en lanzar cuchillos con los pies a su ayudante, Nanon, quien también es la hija del dueño, Zanzi. Inevitablemente, Alonzo se siente atraído por Nanon quien sufre una extraña fobia: no puede soportar que los hombres la toquen y como Alonzo no tiene brazos entablan una relación de amistad pero el lanzador de cuchillos quiere algo más y guarda un oscuro secreto, en realidad es un ladrón que se oculta de la policía y tiene brazos, incluso posee dos pulgares en su mano derecha.

Una noche Zanzi descubre el terrible secreto de Alonzo y éste lo estrangula, Nanon es testigo del asesinato pero solo puede ver que el asesino tiene dos pulgares en una de sus manos, no puede verle la cara. Alonzo, obsesionado con ella decide dar un paso más allá y en una operación se extirpa los brazos...cuando regresa al circo Nanon le explica que ha superado su fobia gracias a Malabar, el forzudo del circo que también rondaba a la joven y que ahora  mantiene una relación sentimental con ella. En una sublime escena Chaney ríe y llora al mismo tiempo.

Alonzo planea el siguiente paso: asesinar a Malabar. Para ello empleará en el transcurso de su nuevo número dos caballos atados a una especie de rueda de molino que el forzudo tiene que sujetar mediante cuerdas mientras avanzan en direcciones opuestas. Pero Nanon para evitarlo interviene y, para salvar a su amor, Alonzo se interpone entre un caballo y ella, siendo salvajemente pisoteado por el animal en un final con una tensión límite.

Browning escribió el guión con ayuda de Waldemar Young (quien también colaboró en la anterior película del director como coguionista, The Show) de esta cinta corta, concisa y directa, aterradora que sorprende al espectador desde el primer momento dejándolo intranquilo y anodadado. Chaney consigue que tengamos simpatía por el malvado Alonzo con una interpretación llena de matices que requiere el personaje puesto que es un ser torturado por una obsesión (sus sentimientos hacia Nanon) y está lleno de odio hacia la sociedad (y hacia el que se interpone entre él y Nanon). Chaney colaboró con un hombre sin brazos en la realidad, Paul Desmuke, en algunas escenas en las que tenía que utilizar los pies como manos y ocultó sus brazos mediante un corsé.

Una de la últimas grandes películas del cine silente, por no decir la última ya que El Cantor de Jazz se estrenó cuatro meses después, tuvo una buena acogida en taquilla (la presencia de Chaney era un seguro respecto a esto), y desarrolla una historia que plantea situaciones en las que el propio Browning profundizaría cinco años más tarde en Freaks (su obra más famosa junto con Drácula): triángulo amoroso, ambientación circense, entre otras.
Película estremecedora que no nos ha llegado íntegra -falta metraje en su parte inicial- y que nos presenta a un monstruo humano, un villano con sentimientos muy humanos con el que nos llegamos a identificar y, además, explora en la parte de la mente oculta y mórbida de las personas. En un primer momento Browning pensó que Alonzo matara a su fiel ayudante, Cojo, y al cirujano que le amputa los miembros pero, finalmente, cambió de idea: mejor, así Alonzo es más ambiguo y el efecto de la cinta es, si cabe, más demoledor. Es, precisamente, por esa ambigüedad que lanza sobre el espectador por lo que la película se conforma tan turbadora, escalofriante, amenazadora, espeluznante e...imprescindible.

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