26/9/12

Historia de un Detective


Murder, My Sweet, Edward Dmytryck, 1944, EEUU, Dick Powell, Claire Trevor, Anne Shirley.

La película que acomete la irrupción definitiva con nombre y apellido del detective creado por Raymond Chandler a finales de los 30 supone la adaptación más fiel a la esencia de los relatos escritos por este que se ha dado en la historia del celuloide. La traslación del universo en el que habita Philip Marlowe a la gran pantalla firmada por Dmytryck alcanza a capturar el alma del personaje y saca a relucir la mirada turbia y cínica que sobre el género humano se vierte en los relatos protagonizados por este antihéroe cuyo hábitat es el espacio urbano profundo en el que impera la corrupción moral más absoluta. Esta descomposición ética genera la plasmación en la gran pantalla de un ecosistema podrido, metáfora del desencanto social de una época, habitado por seres que se conducen de manera egoísta con una ambición sin límites y que persiguen el máximo rédito, objetivo por el cual no dudan en recurrir a medios como la extorsión, el chantaje y el asesinato. La corrupción personal queda retratada a través de unas imágenes complejas y estilizadas que confieren al film una poderosa fuerza visual. Los trucos ópticos, la iluminación expresionista en clave baja de Harry J. Wild que hace latente una amenaza en las sombras, los forzados encuadres determinan una atmósfera onírica y, en ocasiones, de pesadilla, que retrata un sentimiento de paranoia. Una corriente paranoide que el propio realizador de este film sufrió en sus carnes pocos años más tarde en su ramificación "maccarthysta" al purgar su pena por pertenecer al Partido Comunista en la cárcel y a la que él mismo sucumbió con su delación ante la Comisión de Actividades Antiamericanas en Abril de 1951.

La prolongación de la novela "hard-boiled" halla su espacio natural en el género negro y las innumerables y casi inextricables ramificaciones ideadas por Chandler son hiladas aquí con fidelidad a través del acertado libreto de John Paxton que, además de reproducir los ingeniosos y agudos diálogos, hace inteligible la trama concebida por el escritor cuyo resultado se basa en una serie de coincidencias, más o menos verosímiles, utilizadas como vehículo con el que hacer avanzar una ficción construida a partir de varios relatos cortos inconexos en origen. Y que, por cierto, fue objeto de otra revisión de prestigio a mediados de la década de los 70 protagonizada por un icono del género "noir", Robert Mitchum, titulada de manera homónima a la novela resultante del engazamiento en cuestión y que, asimismo, ya sirvió de pretexto a principios de los cuarenta para filmar una aventura que transcurría en el marco del serial protagonizado por otro personaje, The Falcon. No obstante, la presentación de Philip Marlowe, investigador privado duro y frágil a un tiempo, se da con este caso que ayuda a dar el impulso definitivo al ciclo negro de la RKO y que, igualmente, asienta las bases formales del mismo  género "noir", pues estamos ante una de las películas que definen las coordenadas en las que se desarrollará  este tipo de cine junto a la más reconocida, para el público general, Perdición y/u otros filmes rodados en las mismas fechas como Laura o La Mujer del Cuadro, por ejemplo.



Historia de un Detective es una película clave en la gestación del negro considerada desde cualquier aspecto.  La presencia de los arquetipos del género (el detective privado resistente pero vulnerable, cínico e irónico, policías desconfiados y sobrepasados, matones, clases altas sofisticadas pero que esconden en su doble vida la corruptela de la sociedad y, por encima de todos ellos, la "femme fatale" fría, perversa y calculadora), el desarrollo del relato, estructurado en "flash-back" y narrado con voz en "off", la utilización estilizada de la iluminación y de efectos ópticos (humo, niebla) que ayudan a componer un mundo túrbido y oscuro que enfatiza la complejidad psicológica y la ambigüedad moral de sus pobladores, todo ello explica la apreciación de esta inmersión en las profundidades de la urbe como pieza esencial del cine negro. Género al que pertenece en puridad, sin ninguna posibilidad de discusión, esta excelente película que acaso concede un epílogo innecesario con la consumación de la sub-trama romántica. La única concesión que se permite a la hora de desplegar una dura mirada a las entrañas del ser humano.



Dejo para el final el obligado comentario sobre la sorprendente encarnación que hace el antiguo "crooner" y actor de musicales Dick Powell (era tan inusual su papel que para que el público estadounidense de la época no pensara que se encontraba ante un nuevo musical se decidió cambiar el título original de la película), un tipo listo como demostró en su trayectoria posterior y que aquí consigue redefinir su carrera profesional y culmina la interpretación más fidedigna que cualquier actor  ha dado del personaje de Marlowe  en el cine, personaje que, por otro lado y todo sea dicho, casi todo el mundo asocia con Bogart. La labor de Powell es digna de reivindicar y la entronización de Historia de un Detective como pieza seminal del "noir", algo que los seguidores e historiadores del género ya consideran, debe ser (cuasi)obligada para el aficionado al medio cinematográfico que se precie de serlo.



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4 comentarios:

  1. Yo soy más del Marlowe interpretado por Bogart en "El sueño eterno", y es que para mi la asociación Bogart-Bacall-Hawks-Chandler es como una especie de conjunción astral cinematográfica, con todo su poder y su magia. Aunque por supuesto coincido en que la cinta de Dymitrick (muy buen cineasta), además de ser un excelente ejercicio de cine negro, se acerca más al original chadleriano.

    Un cordial saludo.

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  2. Me encanta el cine negro, el universo e Marlow es mi debilidad así que con todo esto el film de Dimitrich s´lo puede gustarme. Es cierto lo que dice David de Bogart, pero "El sueño eterno" es una obra maestra, no vale comparar.

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  3. Esta segunda versión de la novela “Farewell My Lovely” de Raymond Chandler (la primera, poco conocida, la dirigió Irving Reis, con George Sanders de protagonista y que, casualmente, hace poco fue emitida por la cadena "8 Madrid")), a la que seguiría una tercera en 1975, “ADIÓS, MUÑECA”, que dirigió el fugaz Dick Richards y que en mi opinión es muy superior a las dos que la precedieron. ¡Qué gran Philip Marlowe, baqueteado y otoñal, compone el gran Robert Mitchum!
    La de Dmytryk consigue buenos resultados de atmósfera, pero adolece de una escasa inspiración al detectarse, creo yo, diversas influencias de otros films del género.
    En cuanto al casting, un inesperado Dick Powell se defiende bien en el papel del endurecido y desencantado Marlowe, que en principio, claro está, no le iba.
    Un saludo.

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  4. ¡Hombre! Estamos de bienvenida (Cristina) y recuperamos un viejo amigo que se había tomado un hiato en sus excelentes aportaciones a este blog (Teo). Pues nada, Cristina, espero que la película te guste pues parece encajar con tus gustos sobre Marlowe.
    Por mi parte veo esta adaptación del investigador sumamente fiel al espíritu del original como reseño y, además, la considero un filme más influyente que influido en el desarrollo del género tanto por su ubicación temporal como por su tratamiento visual, entre otros aspectos. Dick Powell está sorprendentemente soberbio y socarrón. Un saludo a tod@s.

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