24/7/10

La Jungla de Asfalto



The Asphalt JungleJohn Huston, 1950, EEUU, Sterling HaydenSam JaffeLouis Calhern.

Clásico del cine "noir" y pionera del subgénero de atracos, esta obra de Huston pasa por contener las constantes vitales del director: preocupación por un sólido guión (que él mismo escribió junto a Ben Maddow), estupendas interpretaciones, cuidado desarrollo de los personajes y un aura de desencanto y fatalidad, tan, por otra parte, características del cine negro.

Adaptación de la novela homónima de WR Burnett que, salvando el discurso moralizante del Jefe de Policía interpretado por John McIntire e impuesto por encontrarnos en los albores del Maccarthysmo, se erige en obra imprescindible al aunar una estupenda historia rodada en clave naturalista o realista y un modo de filmar restrictivo que permite palpar la asfixia de las situaciones en que viven los personajes mediante una brillante fotografía en blanco y negro de Harold Rosson y con una destacable banda sonora de Miklós Rózsa que envuelve la acción (es notorio el no uso de ella en la secuencia del atraco), junto con un más que brillante estudio psicológico de los personajes que permite al espectador conocer sus motivaciones y debilidades y, en consecuencia, genera simpatía por ellos o, cuando menos, comprensión hacia sus actos.

Precisamente, el punto de vista narrativo se traslada en giro copernicano hacia los gángsters quienes, por otro lado, ya no son aquellos sujetos prototípicos y unidimensionales de principios de los 30 cuyo comportamiento se atribuye a la ambición desmesurada por alcanzar la cima y el reconocimiento social, sino que aquí son presentados como un grupo de hombres desesperados, atenazados por problemas y encuadrados en una sociedad corrupta e hipócrita representada por el fracaso, la traición y el soborno de la jungla urbana: Huston consigue retratar la desesperación de las sombras de la ciudad y la opresión y la asfixia de los interiores oscuros dan cuenta de manera singular del mundo cerrado y sin perspectivas que viven los personajes y se contraponen a los espacios abiertos del campo de la lírica escena final cuya soleada luz podemos identificar con la libertad y la inocencia de la infancia.

Crítica a la sociedad urbana (o más bien de las cadenas a las que nos sometemos los humanos) y/o a los valores que la dirigen, expuesta a través de la contraposición de los personajes eminentemente urbanos y corruptos (el prestigioso pero arruinado abogado -un inconmensurable Louis Calhern con una actuación plena de matices-, el sobornado policía, el ambicioso detective privado) frente a los personajes humanos con altos valores que parecen víctimas de aquellos (el rudo Dix y su sueño de volver a ser granjero, el jorobado solidario Gus y el atribulado padre de familia y desvalijador de cajas fuertes Ciavelli).

Historia coral, dura, de perdedores y de forma y contenido "noir" pero con personajes femeninos pasivos lejos de la "femme fatale", film que parece más propio de la Warner (por aquello de sus acercamientos sociales) que de la Metro y que destila el fatalismo y la tragedia inherentes al género a través de una prevalente sobre la acción y extraordinaria descripción psicológica de unos personajes humanos cuyas motivaciones quedan admirablemente retratadas en un tono realista o semidocumental.

Obra de una influencia innegable ya sea directa (con tres "remakes" en géneros tan dispares como el western o el blaxploitation), indirecta, reconocida o no reconocida y que a modo de curiosidad cuenta con una joven Marilyn Monroe en uno de sus primeros papeles.


7/7/10

Una Partida de Campo



Une Partie de CampagneJean Renoir, 1936, Francia, Sylvia BatailleGeorges D'ArnouxJeanne Marken.

Cuadro de realismo poético tan personal y propio de Jean Renoir, realizador que ha influido en la génesis y el desarrollo de movimientos tan importantes dentro de la cinematografía europea como el Neorrealismo italiano y la Nueva Ola francesa además de inspirar y levantar admiración entre directores de enorme prestigio (Satyajit Ray, por ejemplo), Una Partida de Campo es un mediometraje inacabado que reúne la esencia del cine "renoiriano": las convenciones sociales se tambalean, la calidez que desprende el tratamiento de los personajes (personas), el río como elemento simbólico, la oda a la libertad y el uso técnico-narrativo del lenguaje cinematográfico.

Debido a las condiciones climatológicas adversas y al interés de Renoir por comenzar su siguiente film, el rodaje fue interrumpido y la película olvidada hasta que en 1946 el productor, Pierre Braunberger, decidió exhibirla con el añadido de dos intertítulos explicativos. A pesar de esto, en el filme se observan las constantes vitales de la obra de Renoir, como se ha indicado más arriba.

Prodigiosa fusión del contexto natural con la música y la historia contada, relato que avanza desde la amabilidad inicial hasta el conflicto moral más profundo, la película interpreta y recrea la corriente impresionista de una manera asombrosa (nos retrotrae a la obra del mismo padre del director, Pierre-Auguste Renoir y los fotogramas nos traen, incluso,  reminiscencias del Rococó con Fragonard y su Columpio) y sintetiza Pintura y Cine, amén de poner de relieve el papel primordial de la Naturaleza en la vida humana y de utilizar el medio cinematográfico de manera destacada: la cámara con sus movimientos y encuadres (vemos lo que observan los personajes desde dentro y desde fuera de la casa en determinado momento), el montaje (con todo su simbolismo de transcurso del tiempo y de conflicto tras el breve instante de encuentro pasional marcado por la Naturaleza con el canto del ruiseñor)...poesía, sin duda.