After Hours,Martin Scorsese,1985,EEUU,Griffin Dunne,Rosanna Arquette,Verna Bloom.
Interesante aunque extraña comedia firmada por Martin Scorsese, realizador de enorme reconocimiento entre el gran público en la actualidad pero con una trayectoria irregular en la que ha alternado grandes fracasos y éxitos tanto en taquilla como en la apreciación por parte de la crítica de su trabajo.De hecho, esta After Hours, a la que denominaremos por su título original, fue rodada por Scorsese tras el enorme fracaso que supuso El Rey de la Comedia pero justo antes de la triunfadora secuela de El Buscavidas, El Color del Dinero. Contrastes que parecen acompañar siempre la filmografía del director neoyorquino y que se adornan, incluso, con polémicas como la originada por su tratamiento de la figura de Jesucristo en La Última Tentación de Cristo.
Para esta comedia negra, negrísima, Scorsese retorna a las películas de bajo presupuesto con las que comenzó en la factoría de Roger Corman y desplegando toda su pericia técnica (la formación académica pesa mucho) consigue una cinta que no deja indiferente. A través de un elaborado estilo formal y de una estructura narrativa circular por la que desfilan una galería de personajes entre amenazantes y excéntricos, que interaccionan de una u otra manera con el protagonista, Scorsese consigue crear una sensación de desasosiego en el espectador el cual se identifica con las emociones que sufre el personaje central cuyo particular descenso a los infiernos es relatado con una cadencia difícil.La desorientación de Paul, encarnado por un eficaz Griffin Dunne (también co-productor del filme), que tiene que hacer frente a un mundo desconocido en el que no tiene ningún tipo de control sobre los acontecimientos, está plasmada con la textura de una atmósfera onírica y asfixiante que permite la empatía del espectador con el personaje central de la historia.
Moviéndose en parámetros cercanos al cine independiente pero con muchos de sus colaboradores habituales o que iban a serlo (el operador Michael Ballhaus,la montadora Thelma Schoonmaker), Scorsese sabe sacar réditos del guión de Joseph Minion, un encargo de clase para un curso de guiones en la universidad, y construye, desde un sugestivo estilo, un relato de tensión contenida que, aunque presenta situaciones no muy bien resueltas o forzadas, en su conjunto se cobra como un filme notorio hasta alcanzar su estatus de película de culto que, incluso, cuenta con algún gag, como el del billete, realmente magistral.
Alejado de los presupuestos en los que suele filmar, Scorsese consigue transmitir y crear un universo dislocado e incoherente, en el que tiene que sobrevivir el protagonista del relato, que muy bien pudiera reflejar su estado anímico en la época del rodaje de esta comedia ya que su largamente anhelado proyecto sobre la vida de Cristo (que vería la luz pocos años más tarde) se aplazaba de manera indefinida; en este sentido, Paul Hackett podría funcionar como trasunto del propio realizador. Sea como fuere, el ambiente de pesadilla conseguido en la visita que al bohemio barrio neoyorquino del SoHo realiza el joven, hastiado de su monótona existencia y decidido a buscar emociones con la sensual Marcy ( la atractiva Rosanna Arquette), alcanza unos efectos turbadores en el público que realmente entiende como el protagonista se siente fuera de lugar y comprende que, como Dorothy en El Mago de Oz, el joven sólo desee regresar a casa.
Muy interesante comedia que, curiosamente, causa una especie de desazón inclasificable por su singular ritmo y su personal creación de un universo oscuro,que parece latir amenazante bajo la epidermis de la ciudad, una película muy trabajada formalmente por Scorsese quien, por cierto, se permite hasta un cameo (por el filme también aparecen Cheech & Chong y Dick Miller). After Hours es una película vigorosa en la que Scorsese -obtuvo por este filme el premio a la mejor dirección en Cannes- integra algunos recursos técnicos que enfatizan la emoción perseguida, en este sentido el trabajo con la cámara y la excelente banda sonora de Howard Shore, elevan la calidad de la producción. El presentimiento, impropio del género, de la existencia de algo misterioso e inquietante que domina el medio por el que discurre la aventura, no hace sino exacerbar la idiosincrasia de esta película aunque esa sospecha nunca hace olvidar la sensación de estar ante una comedia, muy negra, pero una comedia, al fin y al cabo.
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En una época en que se había perdido la esperanza de recuperar un cierto tipo de comedia cultivada antaño por Hollywood y cuyo ejemplo más cercano a la que nos ocupa sería “LOS VIAJES DE SULLIVAN”, de Preston Sturges, sorprendió agradablemente esta modesta (sólo en presupuesto), imaginativa, inteligente y enloquecida comedia que se disfraza de pesadilla kafkiana para sumergirnos a ritmo frenético en las infernales tripas de una sociedad enferma.
ResponderEliminarPara mí, de lo mejor de Scorsese, de aquel Scorsese. Porque el de sus cinco últimas obras resulta menos interesante.
Sin duda la dislocación del universo presentado podría conectar esta comedia con la obra de Sturges, así como, también, la galería de excéntricos personajes secundarios que desfilan tanto por la película de Scorsese como por la filmografía de Sturges. Tanto After Hours como casi cualquier filme de Sturges consiguen que el espectador acabe desorientado, si bien en esta particular búsqueda del vellocino de oro, acabas también, quizás, turbado. Esta propuesta de Scorsese, para mí también es de lo mejor de él, me parece inteligente y original. Un salud, Teo.
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