12/10/10
Margarita Gautier
Camille, George Cukor, 1936, EEUU, Greta Garbo, Robert Taylor, Henry Daniell.
El último proyecto de Irving Thalberg, quien falleció durante el rodaje, es la primera adaptación sonora de La Dama de las Camelias, novela y obra teatral de Alexandre Dumas, hijo, que antes había sido llevada al cine en incontables ocasiones, adaptaciones que han seguido produciéndose hasta casi nuestros días, tal es el éxito intemporal de la historia. Historia que Verdi convirtió en su famosa ópera La Traviata.
Retornando al filme que nos ocupa hay que añadir que es el clásico producto de la Metro con sus rutilantes lujos que se destacan en unos suntuosos y barrocos decorados o en un vestuario igualmente pomposo y, por encima de todo, por contar en su reparto con grandes estrellas del firmamento cinematográfico (no olvidemos el eslogan de la productora: "Más estrellas que en el Cielo"), en este caso con la "Divina" Greta Garbo encabezando el elenco. Y es que al final la película es un vehículo para la imponente actriz de origen sueco a la que el público de la época seguía con devoción y que encuentra en este personaje de cortesana o dama de compañía como prefieran (es de destacar la habilidad para que el espectador comprenda a que se dedica Margarita Gautier sin decírselo explícitamente, recordemos la entrada en vigor del Código Hays un par de años antes) otra oportunidad para demostrar su talento interpretativo. Precisamente, para muchos ésta es su mejor actuación, yo personalmente me quedo con la de Cristina de Suecia antes -por ejemplo- ya que aunque destaca por encima de la media, en algunos momentos su interpretación es un tanto muda o teatral, si se prefiere. Ahora, ya comento que estamos ante una gran actriz y lo que para Greta Garbo es notable para otras muchas es un desafío imposible. Posiblemente algunos prefieran esta actuación refrendada con la única candidatura al Oscar de la estrella y galardonada con el Premio de la Crítica de NY. Es también una gran interpretación y una muestra del catálogo "garbiano" como ya se ha expresado más arriba, así como botón de muestra de una de las cualidades del director Cukor: la dirección de actores, pues el conjunto del reparto está más que correcto, en especial Henry Daniell, aunque con la nota discordante de un Lionel Barrymore en horas bajas. Esto último es preocupante para el desarrollo del filme puesto que Barrymore protagoniza una escena clave del mismo junto con Garbo, momento que se resuelve de manera poco climática a pesar de dar inicio a la tercera y final parte del relato, el cual cobra mayor dinamismo dramático subiendo el nivel del producto, hasta entonces un melodrama romántico y de época que desprende una frialdad absoluta (a pesar de Garbo) y es que Cukor no parece encontrar el tempo o el tuétano de la narración. Eso sí, el último tercio del filme, aún sin responder a las expectativas que para mí posee, es mucho más ágil y es el que podemos poner de excusa para ver otra de la Garbo.
En definitiva, melodrama al uso que no llega a transmitir al espectador, no sé si por la dirección funcional de Cukor o porque Taylor con todo su atractivo es un tipo que aunque muy correcto en su interpretación no desprende química o porque la conjunción de factores intangibles que provocan la magia del cine no se produce en este caso...al menos para mí. No obstante el resultado final puede plantear respecto al empleo de los primeros planos una reflexión de lo que estos significan para el cine: si estamos utilizando un elemento de la técnica cinematográfica con funcionalidad narrativa y subrayamos la importancia de cualquier aspecto cuya importancia en el desarrollo de la historia es real o si, en cambio, ponemos esta herramienta al servicio del intérprete dotando al primer plano de una importancia supranarrativa...en cualquier caso es una herramienta válida y al hablar de cine es fundamental comprender que, en determinados momentos, vamos a ver a tal o cual actor.
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