29/10/10
Los Contrabandistas de Moonfleet
Moonfleet, Fritz Lang, EEUU, 1955, Stewart Granger, Jon Whiteley, George Sanders.
Fascinante cuento que además de ser una inteligente exploración de las relaciones entre adultos y niños sabe plasmar el aura romántica del género de aventuras y, aunque catalogada como obra menor dentro de la filmografía de Fritz Lang, se ha erigido en película de culto.
Adaptación libre de la exitosa novela de Meade Falkner, Moonfleet más allá de contar con elementos característicos del cine de Fritz Lang (desde su uso de la geometría hasta su visión social) que ya de por sí la harían interesante, es un bellísimo ejercicio de género firmado por el director alemán que con su habitual aparente simplicidad construye un relato profundo a nivel visual y emocional, todo un espectáculo que puede ser visionado por niños y mayores y que presumo de una intemporalidad eterna.
No importaron las restricciones presupuestarias, que obligaron a utilizar el más barato Eastmancolor (el tiempo le pasa factura) o aprovechar los decorados de Brigadoon, para realizar una magnífica obra en la que las diferentes subtramas (la búsqueda del diamante, la superstición de la congregación, el Magistrado y sus soldados, los decadentes Ashwood -soberbio George Sanders- y los propios contrabandistas) evolucionan al servicio de la relación que entablan el niño John Mohune y el aristócrata Jeremy Fox, éste último fantásticamente interpretado por Stewart Granger (veánla en versión original, por favor). Alrededor del vínculo que nace entre ellos, uno maduro para su edad y el otro que huye de cualquier responsabilidad, Lang crea una hermosa historia en la que no falta la búsqueda de un tesoro, el duelo con espada, la traición y la caza del hombre y, en definitiva, la emoción y el misterio inherentes al género.
La ambigüedad de Fox es ejemplo de construcción y tratamiento de personajes, fabricándose un ser que parece no encontrar su sitio en la sociedad pues siempre se mueve entre sombras, en secreto, desde su romance con la madre de Mohune hasta su condición oculta de líder de los contrabandistas; figura compleja que no duda en asesinar pero que a la vez es capaz de sacrificarse en aras de su joven amigo (renuncia retratada en en unas espléndidas escenas finales) y que transporta la visión de Lang sobre el peso del destino con una demoledora frase: a veces las cosas no son cómo queremos que sean, lección que aprende y enseña a su fiel camarada.
Grandísimo cuento con reminiscencias de La Isla del Tesoro, rodado en Cinemascope (la primera ocasión en la que Lang se decidía a utilizar el formato panóramico), en el que destaca además de lo antedicho, el colorido vestuario de Walter Plunkett y el retrato negativo de las clases altas; Moonfleet es un relato cuya visión es altamente recomendable y que garantiza entretenimiento para niños y mayores, además de ser una oportunidad para conocer o adentrarse más -según el caso- en la filmografía de uno de los más grandes directores de todos los tiempos.
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Hola, soy Jeremy Fox, he regresado de las tinieblas para introducir alguna observación que subraya la maestría del Sr.Lang:
ResponderEliminar- La escena en la que Jeremy Fox le pide al pequeño Mohune una prueba que acredite su verdadera identidad. John pretende mostrarle el sello familiar sin embargo la intensidad de la relación que le unía con su madre se refleja al descubrir, casi de manera fortuita, el pañuelo que envolvía el sello. Ese momento es de una gran delicadeza,y sin necesidad de introducir diálogo alguno y revelar más datos acertamos a saber que importancia tuvo esa mujer en la vida de Jeremy Fox.
- La fatalidad, el fatalismo es la impronta de la película. Esta llena de mensajes a lo largo de ella, sabemos casi de antemano que la historia no acabará bien. Hay varios momentos reveladores especialmente aquél en el que el entorno de J.Fox anuncian que su compañía depravará al muchacho y él contesta que quizás su aparición le destruya, o el instante en el que el pequeño conoce el pasado hostil de Fox, sabiendo que sus antepasados echaron a los perros a su valedor y nuevo padrino por ser amante de su madre.
- Es curiosa la contradicción, la constante de la inocencia del muchacho frente a la deprevación del mundo de los adultos. Especialmente la desverguenza de George Sanders (como siempre maravilloso, un lujazo su presencia en todas las películas, su inmoral elegancia trasciende la pantalla) y su mujer...a sabiendas de que es un cornudo se asocia con Fox....y la secuencia en la que su señora besa al perro, a Stewart Granger y luego se aproxima al marido porque no renuncia a su relación conyugal es de una perversidad fantástica.
- La idea de la amistad y la traición es la que recuerda especialmente la relación de Jim con Long John Silver de la Isla del Tesoro de Stevenson. En la película hay dos momentos en los que Fox pretende traicionar al muchacho. El primero cuando en el castillo coge un caballo y escapa...pero finalmente retrocede en busca del muchacho.....y el segundo, la maravillosa secuencia final en la que apestado de la nauseabunda compañía de Sanders y su esposa aflora su dignidad y jugandose la vida decide volver con John Mohune......Y qué momento el del diálogo en la penumbra, a la luz de la vela, donde Fox ya le anuncia ante el miedo a la soledad del muchacho que en el sinuoso camino de la vida no siempre tenemos lo que queremos....pero para dar cobertura y fuerza al muchacho le dice que volverá y que el pequeño debe quedarse porque necesita a alguien de su confianza allí......y el fin, como se aleja moribundo Jeremy Fox en su chalupa allá en el horizonte hasta que cae su mano...delatando su muerte.
Qué maravilla! Qué obra maestra!!....podría continuar y no acabaría: su aura mágica, la maravillosa escena de la lucha (qué bien rodada), su tenebrismo (las estatuas, el cementerio, los piratas, la imagen de los pies del ahorcado junto al niño y la jovenzuela hija del magistrado,éste que es tan cruel como los mismos contrabandistas....no se salva ni un adulto salvo el párroco), su fatalismo, su romanticismo.....tantas virtudes y ni una sola pega excepto el final que fue impuesto por la productora.
Aunque Lang renegó de su película por ser manipulada que quieres que te diga, es de mis peliculas favoritas.
Firma: desde el universo de las ánimas, Jeremy Fox alias Migue.
Por cierto y que maravilla la banda sonora de Miklos Rozsa!!!!!
ResponderEliminarJ.Fox de nuevo
Y claro, Stewart Granger....sólo él podía forjar un personaje contradictorio, un héroe villano, simpático, atractivo, seductor.....pero digno....a diferencia de otros actores como Robert Taylor, siempre tan plano encarnando la impoluta virtud de Ivanhoe, Quintin Durward, o el caballero de la tabla redonda.
ResponderEliminarSe despide por fin y sin más comentarios: Jeremy Fox
Bienvenido Sr.Fox,hace tiempo esperabamos su presencia por estos lares...sin duda que Granger está plétorico y que ésta peli es buena muestra del saber hacer del realizador, toda ella trufada de grandes momentos y excelentes detalles y además ahonda en bastantes temas Langianos(los medios de comunicación-el sermón,los pasquines,etc-,la exploración de la arquitectura y las formas geométricas,los temas sociales,la explicación racional de lo sobrenatural,el peso del destino,etc)lo cual la hace una delicatessen para el paladar del cinéfilo en general y del seguidor del director en particular.Una joya con imágenes visuales impactantes como la de la estatua.Sólo una discrepancia con usted,la música de Rozsa es demasiado orquestada para la aventura narrada que es de una (aparente)sencillez formal notoria.Lang es cierto que renegó en parte del producto final pero también confesó que la película le parecía muy romántica:es innegable que supo plasmar un aura de romanticismo absoluto al relato,como tiene que ser el género de aventuras.
ResponderEliminarEspero verle de nuevo por aqui y me permito el lujo de llamarle Jeremy.