Dead End, William Wyler, 1937, EEUU, Joel Mc Crea, Sylvia Sidney, Humphrey Bogart.
Adaptación de la exitosa obra de teatro de Sidney Kingsley que refleja la problemática de los barrios marginales de las grandes ciudades sin caer en excesivos elementos melodramáticos aunque si en algunas situaciones cinematográficas (el mismo desenlace que concluye el enfrentamiento entre Dave y Baby Face Martin) que no impiden considerar la película como una buena muestra de naturalismo.
Nueva colaboración entre William Wyler y Samuel Goldwyn (quienes unieron sus esfuerzos en varias ocasiones para producir títulos tan notables como Dodsworth, 1936) que cuenta con Humphrey Bogart en su etapa anterior al estrellato interpretando a un gángster que retorna al barrio en el que creció; precisamente su personaje tiene reservadas dos de las escenas más significativas desde el plano de vista emocional con los encuentros que tiene con su madre y su ex-novia, ésta última brillante en su concepción y ejecución y con regate al Código Hays incluido. Además de Bogart, muy correcto, la película supuso el debut del grupo de jóvenes actores bautizados como Dead End Kids que ya habían protagonizado la obra en Broadway y que seguirían una extensa carrera cinematográfica no exenta de problemas bajo distintas denominaciones durante dos décadas.
Las tres subtramas del filme (la visita del gángster a su antiguo barrio, los deseos de Drina de sacar a su hermano del suburbio, el romance entre Dave y la vecina rica) funcionan como pretexto para, en plena Depresión, mostrar la pobreza en la que se vivía en muchas zonas urbanas y la falta de oportunidades a la que estaban sometidos chicos como los que protagonizan la película -la colaboración de Lillian Hellman en el guión queda patente en este aspecto así como en el mensaje desolador del film-. No es menester significar que los aspectos sociales presentados son vigentes en la actualidad ya que a pesar de la posible moraleja que se puede extraer del fracaso personal de Baby Face, la reflexión al final del film nos mueve a replantearnos el posible origen ambiental de la delincuencia y a cuestionarnos sobre la idoneidad de las penas privativas de libertad a cumplir en reformatorios/cárceles como solución a todo comportamiento delictivo y en todas las circunstancias: a este respecto el padre rico aboga por la finalidad preventiva de apartar de la sociedad al responsable y ello a pesar de contar con pruebas fehacientes de los efectos negativos del paso por la institución cerrada de otros, sin importarle la reeducación del chico. Debate abierto en nuestra época y aún no solucionado es el impulso o no de las penas alternativas al ingreso en prisión; como se puede comprobar la película es de rabiosa actualidad y su mensaje descorazonador: la toma de conciencia de haber cometido un error y el consiguiente arrepentimiento no tienen ninguna importancia así como los condicionantes sociales en los que uno se desenvuelve, en cambio hasta la justicia da calurosa bienvenida al dinero, parné que nos abre las puertas para resolver cualquier eventualidad o situación.
Calle sin Salida, con cuatro nominaciones a los Oscar -entre ellas a la mejor película- es un producto rodado bajo los parámetros del realismo por uno de los grandes directores de todos los tiempos que en esta ocasión nos plantea cuestiones sociales de capital importancia sobre las que hoy en día queda mucho por considerar en pro de buscar su solución. Los comportamientos socialmente desviados pueden deberse a los condicionantes ambientales en los que se desenvuelve el ser humano, en especial si este crece en un medio hostil (tal como dice Dave los chicos del barrio están acostumbrados a luchar por todo) o carente de estímulos u oportunidades.
Gracias por la detallada información. Para los que amamos el cine pero somos neófitos, estos blog son una bendición. Con permiso comparto, tu blog. Un saludo.
ResponderEliminarPues... permiso concedido. Bienvenido, gracias por comentar y pasar por aquí. En definitiva en esto de la blogosfera se trata de aprender de unos y de otros. Saludos.
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