30/7/08
El Hombre de la Cámara
Chelovek s Kinoapparatom, Dziga Vertov, URSS, 1929.
Dziga Vertov, nacido Denis Arkadevich Kaufman, lleva sus presupuestos teóricos sobre el cine a la pantalla con todas sus consecuencias en este film silente, controvertido y experimental, pero de una importancia capital en el desarrollo de la técnica cinematográfica. Representante principal del movimiento Kino-Glaz (Cine-Ojo) que rechaza el cine de ficción -definido por el propio Vertov como "El opio del pueblo"- este cineasta construye, basándose en el trabajo de cámara y montaje (a los que contribuyen, respectivamente, su hermano Mikhail y su mujer Yelizaveta Svilova) la quintaesencia de la experimentación en el cine firmando una obra personal y vanguardista que sigue una forma narrativa no lineal y muestra todo lo que el cine puede lograr.
Este documental experimental de cine visualmente puro, muestra a los ciudadanos soviéticos en el trabajo, en su interacción con las máquinas y en sus momentos de ocio, exponiendo los efectos de la industrialización y la introducción de las cadenas de montaje en los sistemas productivos (hecho que posibilita que las personas disfruten de ese tiempo de distracción fuera de los lugares de trabajo). En definitiva, Vertov presenta un día cualquiera en una ciudad soviética (la película está rodada en Moscú, Kiev y Odessa) pero lo hace de una manera que se ajusta a sus presupuestos teóricos utilizando todos los mecanismos que la técnica cinematográfica le permite: imágenes yuxtapuestas, fotogramas fijos, dobles exposiciones, cámara rápida, pantalla dividida, desarrollo de métodos de montaje y edición, etcétera. El uso de todos estos elementos técnicos está encaminado a, como el propio film avisa en su inicio con la presentación de una especie de manifiesto, la creación de un lenguaje cinematográfico propio alejado de los de la literatura y el teatro.
Los debates protagonizados por Vertov en los periódicos de la época motivaron que la película fuera esperada con gran expectación aunque a pesar de ello fue recibida con división de opiniones entre el público y denostada por sus colegas profesionales (Eisenstein la atacó obsequiándole un par de frases peyorativas). En cualquier caso, es muy recomendable acercarse a esta personal obra que podría encuadrarse en los parámetros del cine-arte y del cine experimental y que explora las posibilidades del cine tanto en el montaje como con la cámara.
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