14/1/11
El Pan y el Perdón
La femme du boulanger, Marcel Pagnol, 1938, Francia, Raimu, Ginette Leclerc, Robert Vattier.
También conocida en estos lares como La Mujer del Panadero esta película del poco conocido autor de teatro, novelista y realizador francés Marcel Pagnol es buena muestra de su interesante obra producida por él mismo desde sus estudios inaugurados a principios de la década de los 30 en Marsella. Desde esta base de operaciones Pagnol emitió un cine dotado de un sello personal que generalmente adaptaba sus propias obras. Aunque precisamente este filme se basa en una obra de otro célebre escritor francés, Jean Giono, nacido como Pagnol en la Provenza, región que les sirve de marco a ambos para situar la mayor parte de su producción si bien con diferencias en su tratamiento. Centrándonos en esta cinta, Pagnol elimina parte de la fiereza de los personajes originales, transformándolos en retratos amables, descripción que se corresponde con el tono sencillo del relato, una crónica costumbrista del mundo rural en la que aquello que no se cuenta de manera explícita tiene más importancia que lo expuesto. Bajo la apariencia de sainete Pagnol construye una comedia dramática humanista muy cercana en la que temas de capital importancia como el amor, el perdón e, incluso, la cohesión social se manifiestan con una profundidad que va más allá de su apariencia ingenua.
Este retrato entrañable de una comunidad patriarcal (es notable el papel secundario de la mujer en la sociedad mostrada) poblada por caracteres ricos y vivos que funcionan con una naturalidad asombrosa despliega un abanico de materias -infidelidad, sexo- impensable por su forma sencilla y su aura cordial y simpática, hecho que se establece como gran mérito del realizador quien se rodeó de su habitual equipo de colaboradores, entre los cuales destaca uno de los actores más reconocidos del cine francés: Raimu. Raimu está espléndido y su personaje de panadero que es objeto, primero de burla, después de compasión y, por último, motivo de solidaridad por parte del pueblo, es para muchos una de las mayores interpretaciones que se han llevado a cabo en el cine a lo largo de su historia. Desde luego que este actor demuestra un amplio registro y una facilidad asombrosa para pasar de la comicidad al patetismo más lacerante (veáse la brillante y dicotómica escena final de un lirismo apabullante).
Película coral de sentimientos humanos muy próxima y realista que se erige en una delicia -y ello a pesar de su larga duración (más de dos horas)- a degustar tanto por su tono cordial como por los asuntos que plantea. Cinta de enorme calado emocional, buena piedra de toque para acercarnos a la filmografía y a la obra, al universo en definitiva, de uno de los cineastas más olvidados del cine francés.
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