12/8/11

Casablanca



Casablanca, Michael Curtiz, 1942, EEUU, Humphrey Bogart, Ingrid Bergman, Paul Henreid.

Punto de encuentro de cinéfilos y encrucijada de mitómanos la producción de Hal B. Wallis para la Warner, una de tantas relacionadas con la guerra que los estudios produjeron en la primera mitad de los cuarenta, se convirtió sin que la inmensa literatura que ha derivado de ella lo pueda explicar con certeza en una de las obras emblemáticas del cine. Casablanca aparece en -casi- todas las listas de mejores películas otorgándole el honor de ser algo más que una película, un auténtico mito del siglo XX. Con multitud de frases que forman parte del imaginario colectivo y un argumento que apela a valores intemporales el exitoso itinerario de Casablanca por la cultura popular es de sobra conocido y quizá se haya convertido en una obra sobrevalorada pero que ha traspasado una línea que pocas películas han conseguido rebasar.

Melodrama romántico por encima de todo aunque disfrazado de relato de aventuras por su contexto pseudo-exótico y su trama de espionaje político, la película rezuma clasicismo sobrio servido por el prolífico director de origen húngaro Michael Curtiz, uno de los más reputados "artesanos" de aquel Hollywood, quien sabe imprimir un ritmo ágil a la narración y mediante una práctica planificación consigue introducir las claves de la historia con una asombrosa eficacia: el ambiente, los personajes y el marco de la acción quedan definidos con precisión en apenas unos minutos.Y es que Curtiz era un director eficiente que podía ponerse al frente de casi cualquier proyecto que le encomendaran. Pero Casablanca es ejemplo de cine de estudios: maquinaria engrasada y encajada a la perfección en la que todas las piezas cobran relevancia para aportar en el funcionamiento del producto...Arthur Edeson construye una reconocida atmósfera de aventura con aroma "negro" con sus luces y sombras, Max Steiner, según el prestigioso Michel Chion, consigue dar cohesión y unidad a la partitura respecto a la narración con música exótica de tinte oriental al inicio, logra la estructuración del relato a partir de un "leitmotiv" (As Time Goes By) que se asocia a la felicidad de la pareja de enamorados e, incluso, se permite un uso partidista de himnos nacionales (La Marsellesa), por su parte, el puñado de guionistas acreditados (los hermanos Epstein y Howard Koch) y no acreditados descubren frases imperecederas en un contexto en el que se tratan aspectos morales siempre candentes y, como ejemplo, el reparto está formado por un surtido grupo de secundarios de primer nivel (LorreGreenstreetSakall y, por supuesto, Claude Rains) y por una estrella cedida por Selznick (Bergman) y un mito que se alejaba definitivamente de los papeles de gánster (Bogart).



Además de que el engranaje de los estudios funcionara de manera admirable o, precisamente por ello, la Warner organizó la "premiére" de la película a los pocos días de producirse el desembarco aliado en el norte de África con lo cual la opinión pública ya estaba familiarizada con el nombre de la localización y, completando la operación comercial, la estrenó casi coincidiendo con la celebración de la cumbre anglo-estadounidense en la ciudad de...¡¡¡Casablanca!!! Todo un movimiento digno de un estratega militar y que garantizó el éxito inminente de la producción que llegó a recaudar el triple de sus costes en poco tiempo. La carrera comercial se vio recompensada con tres de los Oscar más importantes: PelículaDirector y Guión; unos logros totalmente imprevistos por los más optimistas del estudio ya que Casablanca era una producción con un presupuesto moderado inserta en el contexto de cine de propaganda de la época y que además tuvo un rodaje sujeto a multitud de avatares entre los cuales cuenta la leyenda la improvisación en su guión.



En cualquier caso, la película es una de las obras románticas por antonomasia y desarrolla un triángulo amoroso en un marco político por el que se desenvuelven personajes más o menos estereotipados y un protagonista cuasi-absoluto construido de manera brillante: Rick Blaine, un anti-héroe duro y sensible, idealista íntegro bajo su coraza de cínico y desilusionado. A su alrededor gravita todo el relato con sus distintas pequeñas historias y los demás caracteres entre los que destaca el partidista y ventajista Capitán Renault cuya relación con aquel es uno de los aciertos del filme.

Los sentimientos yacentes en la historia, íntimos y privados, como son el amor, el deber y, en especial, el sacrificio personal ejemplificado en el Blaine de Bogart, héroe ético que todos quisiéramos ser, pueden ser los factores que hacen de esta aventura de y en estudio (por aquello de ser rodada casi completamente en los "set" de la Warner y por aquello de ser un producto del período en el que el cine americano funcionaba bajo el modelo conocido como "sistema de los estudios") el mito en que se ha erigido. Independientemente de la mezcla de géneros y el valor técnico del filme o de las interpretaciones más o menos acertadas que se han hecho del mismo hay un elemento misterioso que otorga al producto un valor añadido para muchos aficionados y profesionales del cine que continuamente le rinden tributo, a este respecto véase Sueños de un Seductor, sin ir más lejos y por citar un caso a vuelapluma.

2 comentarios:

  1. Debo de decir que recientemente vi esta película , tengo 17 años , y para mí me dejó muy impactado la forma de hacer cine a los 40.
    Muy buena película.

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    1. Me alegra que las nuevas generaciones sigan entusiasmándose con el cine clásico. En este caso cine mítico y, como bien dices, representativo de la época en que se realizó. Saludos.

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