Tabu:A Story of the South Seas, FWMurnau, EEUU, 1931, Matahi, Anne Chevalier.
El genial Murnau desencantado con las limitaciones que a su libertad creativa imponía Hollywood decidió asociarse con el famoso documentalista Robert J. Flaherty -autor de Nanuk El Esquimal (1922), considerado el primer documental de la historia del cine- y rodar un filme en las islas de la Polinesia...del choque entre el universo del primero, en el que los personajes humanos actúan bajo diversas influencias como el destino, y el mundo del segundo, en el que las personas son capaces de adaptarse a su entorno y luchar con él para sobrevivir, derivó la renuncia del último a participar en la película ya que para él estaba virando hacia la preponderancia de los elementos dramáticos, convirtiéndose Tabú en una obra propia de Murnau (además parece ser que el carácter del cineasta alemán también influyó en esta decisión).
Por este motivo Tabú es un proyecto que no profundiza en las posibilidades iniciales que ofrece combinar el género documental con un argumento de ficción y es este el que se impone, quedando el primero relegado a unas pocas escenas en la primera parte del filmen las que se puede observar a los nativos pescando y en otros quehaceres de su vida cotidiana, antes de ser desvelada la trama argumental. Sinopsis que nos muestra a una pareja de nativos (Matahi, apuesto pescador de perlas y Reri, hija del jefe local) en un idílico entorno (El Paraíso) hasta que ella es declarada como virgen según las tradiciones y, en consecuencia, pasa a ser intocable por cualquier persona, esto es, se convierte en tabú.
Rodada íntegramente en Tahití durante 1929 con actores no profesionales y con un tono semidocumental muy palpable en los primeros minutos (es aquí donde la mano de Flaherty es evidente) esta mezcla de aventuras y romance trágico ganadora del Oscar a la Mejor Fotografía (firmada por Floyd Crosby que, por una parte, colaboró con posterioridad en las numerosas adaptaciones que de Poe realizó Corman y, por la otra, es padre de David Crosby, uno de los miembros del popular grupo musical de Crosby, Stills, Nash & Young) constituyó un gran éxito comercial que Murnau no pudo disfrutar puesto que murió con cerca de 43 años en accidente de tráfico una semana antes del estreno. Última película muda importante -con permiso de Luces de la Ciudad- quizás debido a las dificultades para transportar todo el instrumental necesario para hacerla sonora se decidió rodarla como silente,
Estamos, por tanto, en la obra póstuma de Murnau que se convierte en un cambio de estilo a través de la utilización de escenarios naturales alejados de su expresionismo habitual para narrar la vida, la historia romántica y el quebrantamiento del tabú sagrado que comete Matahi y para exponer el expolio que de la belleza y la inocencia hace la civilización occidental. Esta obra demuestra la madurez absoluta alcanzada por cine mudo: la explicación visual es el medio que tiene el desarrollo narrativo de la historia para progresar con las imágenes que nos muestran miradas de y entre personajes, etcétera.
Sólo por la extraordinaria construcción del final, concebido como un diminuendo cuya desaceleración se basa en el ritmo y la música, una conclusión magistral que las palabras no pueden expresar, vale la pena visionar esta última película de (para bastantes) el mejor director de la historia: por ejemplo, Rohmer no solo es de esta opinión sino que considera a Tabú como la mejor obra de Murnau. El hecho indiscutible es que el cineasta alemán consiguió llevar al cine silente a sus mayores cotas de pureza (explicación visual) en especial en Amanecer...¡Qué grande, el cine! ¡Qué grande Murnau!
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