Este cortometraje es probablemente la película vanguardista más famosa de la historia del cine. Sus autores la concibieron como una escandalizadora y provocadora contestación al “formalismo” de la vanguardia francesa del momento. El film comienza con la impactante secuencia de un hombre (Buñuel) afilando una navaja barbera con la que a continuación rasga el globo ocular de una mujer. Esta escena y todas las que la siguen (una mano cortada de la que surgen hormigas, dos burros putrefactos sobre dos pianos de cola y dos sacerdotes impiden a un hombre seguir a una mujer a la que ha acariciado los pechos y consumar así su deseo, etc.). El choque resulta más brutal, como un estallido surrealista, al incrustar estas imágenes de naturaleza agresiva y “extraña” en un contexto realista y reconocible (calles, habitaciones). Pero los diecisiete minutos de “EL PERRO ANDALUZ” no eran todo; dos años después vendría “LA EDAD DE ORO”.
Este cortometraje es probablemente la película vanguardista más famosa de la historia del cine. Sus autores la concibieron como una escandalizadora y provocadora contestación al “formalismo” de la vanguardia francesa del momento. El film comienza con la impactante secuencia de un hombre (Buñuel) afilando una navaja barbera con la que a continuación rasga el globo ocular de una mujer. Esta escena y todas las que la siguen (una mano cortada de la que surgen hormigas, dos burros putrefactos sobre dos pianos de cola y dos sacerdotes impiden a un hombre seguir a una mujer a la que ha acariciado los pechos y consumar así su deseo, etc.). El choque resulta más brutal, como un estallido surrealista, al incrustar estas imágenes de naturaleza agresiva y “extraña” en un contexto realista y reconocible (calles, habitaciones). Pero los diecisiete minutos de “EL PERRO ANDALUZ” no eran todo; dos años después vendría “LA EDAD DE ORO”.
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