29/11/12

El Abogado del Diablo


Guilty as Sin, Sidney Lumet, 1993, EEUU, Rebecca De Mornay, Don Johnson, Jack Warden.

Pieza menor de la interesante aunque irregular trayectoria profesional del director Sidney Lumet, algo así como el capitán del equipo de realizadores que desembarcaron en el cine a mediados de la década de los cincuenta después de haberse fogueado en el campo de la TV (John Frankenheimer, Martin Ritt o el mismo Sam Peckinpah, entre otros, configuran este grupo) y retorno a las películas de juicios que tan bien había demostrado dominar este cineasta ya desde su ópera prima (Doce Hombres sin Piedad, 1957), El Abogado del Diablo se queda en un ejercicio de suspense que puede llegar a entretener en su primer visionado pero que en sucesivos acercamientos se demuestra un "thriller" fallido. Y eso, pese a la presencia en la dirección de un tipo como Lumet


La originalidad de la propuesta estriba no en averiguar si el personaje de "playboy" encarnado por un justito Don Johnson ha cometido el acto criminal (nada más hay que leer el título original del film para resolver esta cuestión), sino que el meollo del asunto se focaliza en las relaciones que se establecen entre él y su abogada, una mujer joven, independiente y pagada de sí misma. Una ligazón tensa, con soterradas pulsiones sexuales, cuyo desarrollo debería sostener todo el andamiaje del relato para así provocar la respuesta emocional de angustia buscada en las películas de suspense y salvar la verosimilitud o la lógica de la narración. Nada más lejos de la realidad. Pese a que Lumet demostró a lo largo de su filmografía ser un notable director de actores, en esta ocasión las limitadas dotes interpretativas de la pareja protagonista y la inexistente química que surge entre ella, suponen un obstáculo insalvable para hacer progresar la ansiedad buscada. Johnson andaba por aquellos años intentando demostrar que era más que su célebre personaje televisivo de "Sonny" Crockett (algo que sí consigue en la interesante revisión del género "noir" firmada pocos años antes por Dennis Hopper, Labios Ardientes) y De Mornay disfrutaba de su etapa de mayor éxito tras el impacto en taquilla de su anterior película,  La Mano que Mece La Cuna, pero en esta función su trabajo se antoja primordial y no alcanza ni juntos, ni por separado, el nivel necesario. De cualquier manera, no todos los deméritos del resultado final son achacables a los dos intérpretes principales, más bien, el escollo que hace imposible el éxito de la empresa es el libreto de Larry Cohen -guionista, director y productor de amplio e irregular recorrido aunque con algunos títulos recomendables por uno u otro motivo- que se mueve en los terrenos de la manipulación y no consigue hacer salir a la narración de efectistas vericuetos en los que él mismo lo introduce, resultando, por tanto, muy inconsistente y forzado. Incapaz de construir los personajes de manera sólida, Cohen los despacha con una ambivalencia tramposa. No es de extrañar que el bueno de Lumet consiga un producto apenas entretenido apoyado en su experiencia y habilidad, las cuales le permiten  insuflarle el hálito rítmico necesario al desarrollo dramático de la narración en determinados momentos (pocos) . 

No obstante todo lo antedicho, El Abogado del Diablo despliega un cuidado diseño de producción, firmado por el habitual colaborador de Lumet, Philip Rosenberg, deja escuchar una atractiva partitura de Howard Shore y seguro que agrada a la ingente cantidad de seguidores con los que cuenta el subgénero del cine procesal, tan en boga en la fecha de realización de esta película que, aunque esté alejada del testamento cinematográfico de Sidney Lumet (Antes que El Diablo sepa que has muerto) o de sus mejores obras  en cuanto se refiere a parámetros de calidad, puede ser una opción válida para una tarde (o noche) en la que se pretenda pasar el rato. ¿ Por qué no?.


Las imágenes se han encontrado en la Red tras búsqueda con Google y se utilizan únicamente con fines de ilustración. Los derechos están reservados por sus creadores.

1 comentario:

  1. Se que la he visto y en el cine, pero no recordaba nada. Otra mas para buscar para el saco de Lumet.

    Saludos
    Roy

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