The Philadelphia Story, George Cukor, 1940, EEUU, Cary Grant, Katharine Hepburn, James Stewart.
Proyecto personal de Katharine Hepburn esta comedia romántica con toques de Screwball Comedy supuso el punto de inflexión en su propia carrera y la catapultó al Olimpo cinematográfico después de unos cuantos fracasos comerciales de la actriz hasta el punto de ser considerada como veneno para la taquilla. Historias De Filadelfia cosechó un rotundo éxito comercial que refrendó el que ya obtuviera en su representación teatral. No en vano, la obra de Philip Barry fue concebida para la Hepburn y ésta, lejos de desaprovechar la ocasión llevó a cabo un interesante y fructífero movimiento, tanto económico como artístico, al co-producirla (con la ayuda del multimillonario Howard Hughes) y quedarse con sus derechos, propiedad que le sirvió para negociar con la Metro su adaptación a la gran pantalla en posición ventajosa y que la llevó a tener voz y voto en la elección del director, guionista y compañeros de reparto.
La brillante adaptación de Donald Ogden Stewart (que le valió el Oscar) junto con las aportaciones de Joseph L. Mankiewicz trasladan el espíritu de la obra al cine y la película destila un fuerte aroma a teatro aunque el guión lejos de ser entretenido desaprovecha la posibilidad de situaciones potencialmente cómicas y la presencia de personajes secundarios que podrían haber dado mucho más juego (desde el tío hasta la madre) salvándose algún momento puntual y algún diálogo...lejos,muy lejos de, por ejemplo, La Fiera De Mi Niña. Si por algo debe ser recordada (y vista) esta película es por las sensacionales interpretaciones que hacen de los personajes principales Grant (¡qué daño le hace el doblaje!), Hepburn y Stewart (que también ganó el Oscar)...quizás tanto brillo de los tres eclipse el resto de los méritos que muchos críticos y aficionados constatan en el film que a mí me resulta llevadero, sin más. Por no hablar de la resolución ultra-conservadora de los distintos aspectos que se presentan a lo largo de la película como son la estratificación social y el papel de la mujer en la sociedad.
En definitiva, la Hepburn consiguió lo que se propuso -relanzar su carrera artística- gracias a un personaje en el que se mezcla parte de su propia personalidad ya que, por un lado, la actriz fue una mujer luchadora y reivindicativa dispuesta a decidir su destino, como demuestra la gestación de esta producción en un mundo masculino, y a que, sobre todo y por el otro, parecía responder a la percepción que de ella tenía el gran público que la consideraba arrogante y caprichosa.
De verdad que para disfrutar de la excelente interpretación es muy recomendable la versión original (en especial Cary Grant nos lo agradecerá "ad eternum").
No hay comentarios:
Publicar un comentario