22/7/17

Selfie

Fresca, original y un algo de vitriolo
Así es Selfie. Una propuesta interesante por su frescura y originalidad que se empeña en retratar la situación política patria recuperando algo de la causticidad y socarronería que, por otra parte, también nos son tan propias. Los partidarios de Las Dos Españas generalmente acabarán diciendo que García León (el creador del artefacto) dispara a ambos lados, aunque sospecho que algún ladeado no encaje bien ciertos golpes. Al final, parece que el realizador -curiosamente- se inclina por lo politicamente correcto y tiende puentes de unión para que caminemos de las manitas. Bueno, cada cual que escoja su opción pero llama la atención que después de dibujar un cuadro con soltura de trazo crítico-burlona acabe por firmarlo con un apretón de manos cara al futuro porque todos estamos en el mismo barco. En fin, cada cual también puede extraer conclusiones del final de esta comedia y esto en los tiempos que corren no es poco. Invitar a la reflexión echando unas risas y plantear algo de autocrítica no viene mal alguna que otra vez, ¿verdad?

 
Pues sí, esto lo consigue Selfie, que ya tenía buena pinta por su cartel de aires parecidos al de algún evento blax que tanto nos gusta y que sin ser una película redonda sí tiene gracia en describir cierto segmento social (la fiesta inicial en casa de una potentada familia, esto es, pijísima, es de manual) o en parodiar dos maneras de entender la sociedad que parecen polarizar la nuestra y esto aún a riesgo de obviar la mayoría silenciosa con la que parece no ir la cosa y de causar malestar en otro numeroso grupo que parece que quiere pero no puede o que se lo cree y todo, tú. Precisamente, estos son los que peor pueden llevar el humor que destila el invento: una clase media (media-alta) "enculturada" en valores conservadores/cristiano (católico)-demócratas. Estos "quiero y no puedo pero me lo creo" y los hiperconcienciados del otro bando (quizá estos menos) pueden adquirir un tono amarillento viendo la peliculita. Es curioso como en una sociedad como la nuestra de ahora de mezclas y remezclas los dos bandos cuentan con topos: ¿nadie conoce a una hija de un juez, arquitecto, ortodoncista o abogado de prestigio que monta un tenderete en una feria alternativa?. Frivolidad, hay que hacerlo porque está de moda o es politicamente correcto, verdadera concienciación, restos de la caridad cristiana...¿la hija del juez demuestra que los acomodados también son solidarios?


Pues sí, estas viviendas existen (creías que la tuya era alto standing pero aún hay más)
Volviendo a lo que nos atañe ("palabro" de domingo, que ya sabéis innúmeros seguidores de este "bloc" que es un vocablo tirando a culto), o sea la película, digo que por el camino deja un momento brillante con la interacción del protagonista con la mismísima Esperanza Aguirre (da toda la pinta de ser una imporvisación en toda regla y que la política no sabe de qué va la vaina) y alguna que otra situación divertida surgida por las circunstancias a las que se ve abocado el niño de papá protagonista (cuyo nombre está excelentemente escogido) que afloran su carácter impresentable y su visión de la vida (fácil) que se contrapone con la de la activista a la que conoce (que algo más difícil lo habrá tenido partiendo ya desde su/un handicap físico). Entre medias, una especie de álter ego del niño pijo pero en el bando contrario encarnado por un divertido Javier Carramiñana. En resumen, ambos quieren lo mismo o eso parece querernos decir el final de la función que, por otra parte, resulta fresca también por su relativamente corta duración (puede que la idea no de para más), una concisión que en estos días se echa de menos en no pocas ocasiones en las salas de cine. Por último y por aquello de tener una cámara delante y adoptar una pose impostada puede que a más de uno/a el formato de falso documental escogido para rodar le recuerde a los comienzos de un "inclito e inefable" periodista popular.

Izquierda/Centro/Derecha: ¿Casualidades de la vida?
Lás imágenes se han encontrado con Google y se emplean como ilustración, nada más.

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