¿Qué nos servirá esta Gran Señora del Cine? |
Sí, aquí estoy cual Tío Creepy para hacer los honores a este clásico bizarro y es que el Jefe Ca tiene este rincón un poco abandonado y ha recurrido a este su viejo amigo para sacarle las castañas del fuego, claro que no en plan tan sesudo como el suyo. Pues eso, me estreno con una vianda de primera como las que porta la dama de la foto de más arriba que no sé si llevará tartufos pero sí nos sirve una historia de terror psicológico de apariencia "hitchcockiana" que fue el pistoletazo de salida de todo un subgénero bautizado como "Psycho-Biddy" el cual se empeñaba en recurrir a viejas glorias femeninas, encerrarlas en una mansión tan antigua como ellas y hacer que se tiraran de los pelos. Y en esta ocasión las dos leyendas del Viejo Hollywood que se llevan por la calle de la amargura son Bette Davis (sí, la de la foto) y su archienemiga Joan Crawford, en un papel algo más recatado que el de la primeramente citada.
Las dos están muy bien pero a quien realmente se recuerda y quien se llevó los parabienes es la Davis, todo un ciclón independiente como demostró con su juicio con la Warner y cuya imagen en plan kabuki ha pasado a los anales de la Historia del Cine. El momento en el que toma conciencia de su patetismo frente al espejo creo que estará en las retinas de todos los que hayáis visto la película. Bueno, y otros muchos, sin duda. Y es que el plato condimentado (siguiendo con la foto) se las trae casi tanto como la relación de las dos divas y la cantidad de anécdotas que de ella se desprendieron durante el rodaje: que si ahora me pongo peso (Crawford) debajo de las ropas cuando me tienes que coger a peso, valga la redundancia, que si aprovecho para pegarte una patadita de verdad verdadera cuando rodamos una escena en la que se supone que te doy una tunda (Davis), y después: hago contubernio con las otras candidatas para recoger yo el Oscar si por una de esas no te lo dan a ti pero sí a una de ellas (Crawford). Lástima porque el encontronazo podría haber seguido en Canción de Cuna para un Cadáver, algo así como la continuación de Baby Jane pero con la De Havilland de por medio, y podríamos tener otro buen puñado de perlas con las que los fans cinefílicos podríamos amenizar las veladas. Qué grandes damas, la Davis siempre envuelta en polémicas (ese cambio de reglas en los Premios de la Academia) pero una actriz cohonuda y la Crawford, Reina del Hollywood de los 30, toda una estrella en sí misma que, por cierto, recogía lo que rechazaba la otra. Y las dos se apuntaron un buen éxito con este Grand Gignol de sueños rotos, la gente fue a verlas, triunfaron en Cannes (la película fue nominada a la Palma de Oro),en los BAFTA (nuestras dos chicas fueron nominadas), los Globos y los Oscar (en ambos la Bette estuvo a punto de llevarse el gato al agua). Así que revitalizadas las respectivas carreras ambas se embarcaron en unas cuantas más de terror, sobre todo la Crawford pero eso ya son otras historias.
Lo cierto es que son las dos otrora grandes estrellas pero siempre legendarias las que soportan el festín pergeñado por Aldrich y cía, y digo compañía porque al duro realizador le acompañan sus habituales De Vol (uno de esos compositores-arreglistas que como Schiffrin o Quincy Jones animaron el cotarro musical del cine sesentero) y Lukas Heller que se encarga de adaptar la novela de Henry Farrell. Y aquí están los padres de la criatura-subgénero, presentados quedan, aunque el pastoso de cuna y prolífico de filmografía Aldrich con fama de haber imprimido su sello personal en una carrera comercial que empezó desde abajo y que siempre intentó hacer independiente para lo cual hasta llegó a emigrar a Europa en un momento dado volviendo a la patria precisamente con esta historia "á la Wilder", supongo que es de sobras conocido para los fans del negro (El Beso Mortal) o los mitómanos del cine patrio (Veracruz)...ale, dejo que el valiente lector amplíe la lista de la filmografía de este señor, un tipo duro y bastante popular. Y para los avispados también hay deberes, esto es, dejo adivinar, su sagaz perspicacia mediante, quién es la hija de la mismísima Bette Davis puesto que interpreta un papel en la función. Vástago que, como hiciera la de la otra diva, montó cierto revuelo al airear los trapos sucios de sus respectivas relaciones paterno-filiales y desvelar costumbres de las (sus) madres estrellas. En fin, que a la postre algo unió a las dos figuras sin quererlo y sin saberlo; cuando la hija de la Crawford publicó su libro -más adelante convertido en película- la actriz ya había fallecido, ahora la otra retoña de la que incluyo una foto porque sé que os morís de curiosidad por saber si se parece a su progenitora, la de Bette, sí tuvo castigo ante tamaña desfachatez y fue fulminantemente desheredada.
Y es que la Davis era capaz de hacer papelones como el de Baby Jane Hudson, un "caramelito" que aprovecha para lucir en todo su esplendor y ofrecernos una perturbadora y melancólica mirada al paso del tiempo y de la vida, a las oportunidades perdidas y al dormitorio de los sueños rotos. Enmascarada bajo capas de hipermaquillaje nadie como ella podría representar de manera tan cruel y patética la demencia de su personaje, cuya imagen devuelta por el espejo da cuenta de su condición de grotesca criatura, una caricatura de ser humano que sólo puede desenvolverse recluida en el aire viciado y deprimido de su viejo caserón familiar...el mundo real la sobrepasó hace mucho tiempo y ya le queda lejano. Oye, esta película no te puede dejar impasible porque a todo el mundo se le queda un regusto amargo y eso que no cuento su sorprendente final, Aldrich pecará en algún momento de "tics" de la época pero sabe manejar con ritmo y vigor la historia, darle toques de suspense y humor y crear una atmósfera opresiva. Pues clásico que se lleva tres, ¡tres! tartufos sobre cinco y que bien se podría comer el orondo actor Victor Buono que está magnífico y bien que se los merece...si su madre se lo permite.
La curiosidad del Sr. (Tar) Tufo me ha llevado a emprender una rabiosa investigación sobre el antes y el ahora de uno de los personajes de la que, a continuación y en primicia, os muestro los resultados:
Las fotos se han buscado y encontrado con Google y se utilizan con fines de ilustración, nada más. Sus derechos los tienen sus creadores.
La Crawford se lleva los golpes... |
...y la Davis los aplausos. |
La hija de Bette entonando la pregunta del concurso sin premio "¿qué papel interpreto en la película?" |
Victor Buono espera diligentemente sus tres bien ganados tartufos, siempre que la veterana Marjorie Bennett no diga lo contrario y ¡es que madres sólo hay una! |
La Casa Hudson en 1962... |
...y hace poco tiempo |
What Ever Happened to Baby Jane?, Robert Aldrich, 1962, EEUU, Bette Davis, Joan Crawford, Victor Buono...¿dispuestos a verla? |
Me encanta la pelicula por supuesto, pero en ocasiones la he visionado y ha terminado cargandome (no siempre que la he visto), por acusar un excesivo encelamiento en un duelo interpretativo entre las dos divas dejando quizás algo huerfano un posible aporte extra, pero lo normal es que haya vibrado con la pelicula, es fantástica.
ResponderEliminarSaludos.
Querido Addison, "efestibiuonder" las dos Damas son el gran reclamo del "show" y como lo hacen tan bien obnubilan el resto de cosas pero hay algunas que hacen hacen vibrar como dices y bueno el regusto que te deja con el final y tal está ahí. Saludos para ti también.
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