Mildred Pierce, Michael Curtiz, 1945, EEUU, Joan Crawford, Jack Carson, Zachary Scott.
El desembarco de Joan Crawford en la Warner tras su periplo por la MGM, que la elevó a la categoría de una de las más grandes estrellas del celuloide en la década anterior, no pudo ser más triunfal. Esta película no solo revitalizó la carrera de la actriz que no atravesaba sus mejores momentos y la encaminó hacia un tipo de papeles que podemos considerar una nueva y fructífera etapa de su trayectoria profesional, sino que también supuso un impacto comercial notable y cosechó buenas críticas. Todo ello se vio recompensado en la ceremonia de los Oscar con una estatuilla para su protagonista y unas cuantas nominaciones, entre ellas la de Mejor Película. Con el preciado galardón en el zurrón, Crawford se apresta a instaurarse como uno de los grandes iconos del melodrama aromatizado de cine negro. Su papel en Alma en Suplicio, que la obliga a ponerse en la piel de una mujer valerosa e independiente aunque empujada a la tragedia por la fuerza del destino, es premonitorio de su filmografía posterior, la cual se encuentra enclavada en ese territorio en el que el texto melodramático se confunde con la estructura formal del "noir" más puro. La señora determinada pero sujeta a los accidentes de la vida cotidiana que personifica la intérprete protagoniza de manera ubicua la narración y sobre ella descansa toda la historia, circunstancia sorprendente si nos atenemos al género negro pero habitual si consideramos el melodrama cuyos papeles protagónicos suelen recaer en las mujeres.
Despojado el relato original de James M. Cain, que sirve de base al filme, de su profundidad social, el guión de Ranald Mac Dougall incorpora un asesinato y se estructura en torno a los recursos propios del género "noir" como el "flash-back" y la voz en "off", ingredientes que, por consiguiente, lo aproximan a este tipo de películas. Acercamiento que se acrecienta con la extraordinaria labor del operador Ernest Haller, el factor por el que podemos considerar esta Alma en Suplicio como ejercicio negro con todas las consecuencias desde el punto de vista formal. Las escenas iniciales en la casa de la playa y las que transcurren en la comisaría, entre otras, fotografiadas en clave baja, siguen la línea de marcada inspiración expresionista que caracteriza al género con todas las de la ley. Además, Michael Curtiz, un director que podía rodar cualquier cosa, se atreve con encuadres forzados para adornar su clásica puesta en escena. Así pues, el drama social urdido por el novelista, escritor adaptado un año antes en la obra maestra "noir" Perdición, queda transformado en un estilizado melodrama negro en el que se mezcla la aventura personal de una sufridora madre con una intriga criminal. Por supuesto, la lectura referida a los roles de género que supone la lucha de una mujer por obtener su independencia en una sociedad patriarcal o cuestiones como la clase social, quedan olvidadas en el tratamiento cinematográfico en detrimento de los acontecimientos de cariz sentimental, aunque la película evita caer en el sentimentalismo exacerbado, algo que nunca ocurre. Sin duda, el fuerte componente estructural "noir" ayuda a que la narración nunca llegue a esos extremos. La posible superficialidad del guión y sus evidentes carencias, que quedan al descubierto cuando se revisa el filme (la confusión del narrador omnisciente que se introduce en algún momento del relato de la protagonista y algunas soluciones un tanto efectistas), se salva con una construcción del mismo que atrapa de tal manera que el espectador se encuentra ansioso por descubrir la conclusión con la que se cerrará esta historia en la que el amor es utilizado como medio de ascensión social o, simplemente, deviene en pasatiempo y el dinero es fundamental para todos los personajes. Narrada con ritmo, ejecutada con profesionalidad, con notables interpretaciones (Zachary Scott está magnífico como "playboy") y protegida por el manto del cine negro, la historia de Mildred Pierce, ama de casa y empresaria de fuerte carácter y, sin embargo, con una debilidad trágica presente en el mismo, supone un rato de buen cine. Algo así como un "noir" de mujeres Alma en Suplicio tiene todos los ingredientes para seguir triunfando y, sí, cuenta con una pérfida mujer fatal que no duda en utilizar todas laspueriles y maduras artimañas que se le pasan por la cabeza para conseguir sus propósitos.
Las imágenes se han encontrado en la Red tras búsqueda con Google y se utilizan exclusivamente con fines de ilustración. Los derechos están reservados por sus creadores.
Despojado el relato original de James M. Cain, que sirve de base al filme, de su profundidad social, el guión de Ranald Mac Dougall incorpora un asesinato y se estructura en torno a los recursos propios del género "noir" como el "flash-back" y la voz en "off", ingredientes que, por consiguiente, lo aproximan a este tipo de películas. Acercamiento que se acrecienta con la extraordinaria labor del operador Ernest Haller, el factor por el que podemos considerar esta Alma en Suplicio como ejercicio negro con todas las consecuencias desde el punto de vista formal. Las escenas iniciales en la casa de la playa y las que transcurren en la comisaría, entre otras, fotografiadas en clave baja, siguen la línea de marcada inspiración expresionista que caracteriza al género con todas las de la ley. Además, Michael Curtiz, un director que podía rodar cualquier cosa, se atreve con encuadres forzados para adornar su clásica puesta en escena. Así pues, el drama social urdido por el novelista, escritor adaptado un año antes en la obra maestra "noir" Perdición, queda transformado en un estilizado melodrama negro en el que se mezcla la aventura personal de una sufridora madre con una intriga criminal. Por supuesto, la lectura referida a los roles de género que supone la lucha de una mujer por obtener su independencia en una sociedad patriarcal o cuestiones como la clase social, quedan olvidadas en el tratamiento cinematográfico en detrimento de los acontecimientos de cariz sentimental, aunque la película evita caer en el sentimentalismo exacerbado, algo que nunca ocurre. Sin duda, el fuerte componente estructural "noir" ayuda a que la narración nunca llegue a esos extremos. La posible superficialidad del guión y sus evidentes carencias, que quedan al descubierto cuando se revisa el filme (la confusión del narrador omnisciente que se introduce en algún momento del relato de la protagonista y algunas soluciones un tanto efectistas), se salva con una construcción del mismo que atrapa de tal manera que el espectador se encuentra ansioso por descubrir la conclusión con la que se cerrará esta historia en la que el amor es utilizado como medio de ascensión social o, simplemente, deviene en pasatiempo y el dinero es fundamental para todos los personajes. Narrada con ritmo, ejecutada con profesionalidad, con notables interpretaciones (Zachary Scott está magnífico como "playboy") y protegida por el manto del cine negro, la historia de Mildred Pierce, ama de casa y empresaria de fuerte carácter y, sin embargo, con una debilidad trágica presente en el mismo, supone un rato de buen cine. Algo así como un "noir" de mujeres Alma en Suplicio tiene todos los ingredientes para seguir triunfando y, sí, cuenta con una pérfida mujer fatal que no duda en utilizar todas las
Las imágenes se han encontrado en la Red tras búsqueda con Google y se utilizan exclusivamente con fines de ilustración. Los derechos están reservados por sus creadores.
Que magnífica reseña de una pelicula que me encanta, soy un loco del "noir" y me encanta el melodrama gringo de los cuarenta, así que... pero pienso que aquí gana el melodrama al cine negro, no pasa nada, el film es perfecto, y Curtiz lo dirige como lo que era, un maestro de la dirección, un currela de Hollywood que conocía su trabajo como pocos.
ResponderEliminarPor cierto se rumorea que la lucha entre la Crawford y la Davis por este papel fue a machete...
Saludos.
Lo que no he visto aún es la miniserie inglesa basada en este mismo relato y que dicen es fantástica.
Yo, a diferencia del amigo Addison, soy bastante poco amigo del melodrama y sólo soy capaz de disfrutar, en dosis limitadas, de los grandes títulos del género (léase Jezabel, Cumbres Borrascosas, Breve Encuentro...).
ResponderEliminarY por eso agradezco infinitamente a los artífices de "Alma en Suplicio" ese envoltura Noir con la esta enriquecida la historia de Mildred Pierce.
Agradezco especialmente la labor de Michael Curtiz, que nos brinda una realización sencillamente espectacular, todas las escenas que se desarrollan en la casa de la playa (inspirada en el nidito de amor de Litvak) son una atentica delicia para los amantes del género. A la altura del mejor Lang, Mann o Welles.
Luego la labor de los actores es también encomiable. La Crawford está en su salsa, con un papel que le sienta como un guante, sólo hay que ver la foto de la cabecera de la entrada ¿Acaso ese gesto no transmite a la perfección eso de "alma en suplicio"?.
Y luego también estupendos los dos tipos que se la disputan Zachary Scott (¿hombre fatal?) y Jack Carson.
Muy buena película.
Saludos.
Excelente reseña, muy acertada la forma en que diseccionas el componente melodramático del enfoque noir. Me pasa como a David, soporto con dificultad el melodrama pero el cine negro es mi debilidad. La historia gana y adquiere interés gracias al noir.
ResponderEliminarCrawford está espléndida es la que da "alma" aunque sea en suplicio al film.
Su físico de mujerona además ayuda a creer en un personaje fuerte y que nada contracorriente, los trajes de enormes hombreras que lleva se diseñaron para darle un toque más femenino, y realzar la cintura.
Zachary Scott es convincentemente engañoso y hasta repulsivo, desde el principio sabe dar a su personaje un aire de sospechoso o dudoso moral. Y Veda es el ascua que se arrima al mejor postor, una niña repugnante y manipuladora.
En resumen excelentes interpretaciones
La serie yo también he leído que está muy cuidada y que es más fiel a la novela que esta versión cinematográfica. Compruebo que para la mayoría el envoltorio negro dota a la película de un valor añadido y diferencial. Los actores y actrices, también coincido, magníficos. Saludos.
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