8/1/09
Scarface,El Terror del Hampa
Scarface, The Shame of The Nation, Howard Hawks, EEUU, 1932, Paul Muni, Ann Dvorak, George Raft.
La mejor película de gánsteres, mucho más violenta, cruda y dinámica que El Enemigo Público y, por supuesto, que Hampa Dorada, junto con las que conforma la trilogía del principio del género, fue rodada con anterioridad a las otras dos (en 1930) pero estrenada posteriormente por sus múltiples problemas con la censura, fundamentalmente, aunque la disparidad de opiniones entre los dos Howard (Hawks, el director y el multimillonario Hughes, productor) también tuvo parte de culpa al respecto...privada del honor de ser la primera, le cabe el de ser la mejor.
Hawks, director encumbrado en los años 60 por la Nouvelle Vague que sabía dotar al cine comercial de su impronta personal, firma un film violento (cerca de la treintena de asesinatos desfilan en la pantalla), potente y ágil, con un ritmo alto (incluye hasta persecuciones de coches) no exento de alardes en el trabajo con la cámara o en descubrir hallazgos visuales (la famosa X que anticipa la muerte), un film homenajeado por Wilder en Con Faldas y a lo Loco, por Donen en Cantando Bajo la Lluvia y por De Palma en su famosísimo remake El Precio del Poder.
Siguiendo el modelo clásico de ascensión y caída, basándose de manera lejan en una novela de Armitage Trail sobre el célebre gánster Al Capone y recreando episodios reales de la época de la Prohibición (la Matanza del Dia de San Valentín, el asesinato de Deanie O'Bannion en una floristería) o haciendo referencia a hampones verdaderos (Johnny Torrio, Big Jim Colosimo), Scarface sufrió innumerables cambios para poder ser estrenada y se convirtió en la excusa ideal para la entrada en vigor dos años después del Código Hays. Ni el añadir el subtítulo (La Vergüenza de la Nación), ni incluir el texto moralista y ejemplarizante inicial, ni la desaprobación del personaje de la madre del protagonista hacia su hijo, ni los discursos moralistas en boca del policía o el editor del periódico (escenas rodadas por Richard Rosson ante la negativa de Hawks a hacerlo), ni rodar un final alternativo en el que Camonte es ahorcado (en algunos estados de USA se estrenó con este final, en otros fue boicoteada y en otros prohibida), ni la auto-censura que el director se impuso (cortó algunas escenas que trataban el incesto entre los Camonte) pueden disimular la violencia que domina el mundo de Tony Camonte, primer gánster que utiliza una ametralladora en la pantalla, homicida brutal y despiadado, rudo y simiesco, maníaco que mata sin compasión (como vemos un personaje unidimensional y amoral) y que es retratado mediante su propia sombra de manera directa, clara y contundente a las primeras de cambio como un tipo capaz de matar a cualquiera. Tales problemas tuvo con la censura que el propio Hughes la quitó de la distribución al poco de empezar a proyectarla, no siendo hasta 1979 (!) cuando la Universal la volvió a poner en circulación con menos metraje.
Escrita por un equipo de guionistas con el mítico Ben Hecht a la cabeza y entre los que se encontraba WR Burnett (escritor de las novelas que originaron Hampa Dorada, La Jungla de Asfalto y El Último Refugio), con una destacada fotografía de tinte expresionista de Lee Garmes, Scarface lanzó a la fama tanto a Paul Muni, actor con una sólida trayectoria teatral, como al gran George Raft, nacido en el barrio La Cocina del Infierno de Nueva York y cuyo estilo de vida real era cercano al de los gánsteres, no en vano tenía amigos cercanos entre ellos ya desde su infancia, e intérprete que rechazó los papeles principales de El Último Refugio, El Halcón Maltés (Bogart le estará eternamente agradecido) y Perdición, nada más y nada menos. Si a estos mimbres unimos la costura de uno de los mejores directores de todos los tiempos, un "todoterreno"que podía pasar de un género a otro con una facilidad pasmosa, que sabe encontrar hallazgos como el de la susodicha X o construir escenas como la de la recreación de La Matanza del Día de San Valentín que combina de manera magistral iluminación (sombras) y efectos de sonido o mediante un alarde de planificación sugerir la brutalidad de Tony Camonte sin mostrarla vía el avance de las hojas de un calendario y una metralleta abriendo fuego, se obtiene una obra que no debe dejar de visionarse para entender el cine...y si seguimos ciertas teorías sobre la representación de la violencia en la pantalla que expresan que el espectador sufre una catarsis al identificarse con el personaje que comete actos vandálicos, de tal modo que su carga violenta se consume en este proceso sin llegar nunca a ejecutarla en la realidad, obtenemos una lectura diferente a la de los censores.
Es curioso como precisamente a la censura se le escapó el tema del incesto entre Tony y su hermana, quizás estaba tan atareada en intentar disminuir la carga de violencia del filme que no se dio cuenta del aspecto sexual implícito en esta relación en la que Tony intenta proteger a su hermana de manera obsesiva de todo contacto con el mundo en el que él vive.
La imagen se ha encontrado en la Red y se utiliza únicamente con fines de ilustración. Los derechos están reservados por sus creadores.
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